miércoles, 6 de mayo de 2009

El sueño cumplido!!

Soñamos despiertos y se cumplió. Hubo una época en nuestra vida, quizás en la que vivimos muy rápido, pero aprendimos muchas cosas, una época en la que conocimos una de las escalas del amor y a una banda liderada por dos hermanos.
Épocas en la que fuimos amadas, felices, acompañadas, cómplices. Así crecimos, nos hicimos adultas, pero marcadas por la música de ese grupo que hoy está tocando en vivo y no lo podemos creer.
Nos agarramos las manos y hacemos unas señas de lágrimas cayendo por nuestras mejías, con pucheros incluidos. Ellos significan esas épocas. Ellos nos han marcado.
Recuerdo, esas madrugadas viéndolos por MTV…´Insomnia’ se llamaban esas calurosas noches de verano. Los veíamos tan lejanos. Tan inalcanzables.
Ahora, estamos paradas a menos de 8 metros de ellos. Aún no lo podemos creer. Pero al escucharlos, nos respondemos mentalmente con la mirada: “Valió la pena la larga espera, CARAJO!”.
Dicen, que en las letras de algunas de sus canciones, existen ciertas contradicciones, pero como una vez dijo Noel: “Si en un estadio más de 60 mil personas corean las canciones entonces, quiere decir que significa algo especial para cada una de ellas”. Nada más cierto. Como en nuestro caso; que sus canciones han significado y marcado historia. Así que claro que significan, pero no algo, sino mucho, muchísimo. Porque cuando cantamos sus canciones, tarareamos sus melodías, éstas nos transportan a un lugar en nuestra vida. Un lugar en donde nuestros corazones adolescentes vivían, aprendían y sonreían.
Cuando Liam, cantó ‘Champagne Supernova’, esas contradicciones de la vida, como estar “caminando lento por el salón”, a la vez “más rápido que una bola de cañón”, se me cruzaban a mil por hora en la cabeza.
Mi corazón latía más fuerte. Mi voz se perdía entre las de miles de almas, que la coreaban “How many special people change?, How many lives are living strange?”.
Ni que decir de ‘Don’t look back in anger’: Quería llorar, se me hizo un nudito en la garganta, pero aún así seguía cantando, realmente estaba emocionada y apretaba la mano de mi hermanita. Ella me respondía apretando la mía. Quería llorar, otra vez.
Noel y Liam Gallagher llegaron en vuelos separados y peleados, pero ante todo pronóstico no nos plantaron. Me pregunto: ¿qué hermanos (as), no pelean?.
Yo amo a mi hermana, pero nos peleamos mucho y esas veces me dan muchas ganas de estamparla contra la pared. A la vez también somos bastante unidas. Así somos los hermanos, pienso.
Ellos (Liam y Noel Gallagher), no se dirigieron la palabra en todo el concierto, pero a nosotros sí. “You are the fucking number one. See you in 5” soltó Liam y en el Nacional desbordaba de emoción.
Pero hay que reconocer que ante todo pronóstico, fueron muy profesionales. Cada vez que era el turno de las canciones de Noel (guitarrista y compositor), Liam (voz principal), se retiraba del escenario.
Sin embargo, las miradas no se pudieron evitar notar. Y nosotros que los adoramos a los dos (porque Oasis no sería nada, sin Liam y Noel y viceversa). Coreabamos ambos nombres. Sin los dos, sin sus discusiones, sin la arrogancia de Liam, sin el complejo de papá que tiene Noel (como cualquier hermano mayor), sencillamente no serían ellos. No habría ese encanto tan rico. Tan lindo. Tan emotivo. Tan de Putamadre.
Recuerdo, que cuando Liam se acercó al lado del escenario donde nos encontrábamos y se paro largo rato posando cual divo que és, no pude tomar ni una foto, me preguntaba, ¿cuál imagen va a perdurar más?, una foto o la imagen de él todito en vivo y en directo, a menos de 6 metros de mí.
Odie, me arrepentí, renegué ser tan dormilona y no haber estado en el estadio a las 6 am y haber sido una afortunada que lo vi a menos de un metro y quizás le toco la mano o algo más.
Y aunque no hubo “Stand By Me”, “Live forever”, ni “Don’t Go Away” (mis favoritas) y mucho menos hubo pandereta (buuu); así como en la canción hubo contradicción de sentimientos y nos fuimos extrañamente satisfechas.
Y sí. Como bien lo me dijo un amigo. Aunque no nos hayamos llevado las panderetas, ni una apretón de manos de Liam o Noel. El haber estado a pocos metros de nuestro grupo favorito oyéndolos cantar en vivo, es de por sí un privilegio. Sólo me rezar porque no demoren en regresar o gritarles: "Please, don´t go away!!".

Esto, no es una crónica pues; no está narrada cronológicamente, por lo tanto les dejo la lista de las 21 canciones que tocaron, en orden cronológico:

Fuckin’ in the Bushes
Rock ‘n’ Roll Star
Lyla
The Shock Of The Lightning
Cigarettes & Alcohol
The Meaning of Soul
To Be Where There’s Life
Waiting For The Rapture
The Masterplan
Songbird
Slide Away (versión acústica)
Morning Glory
Ain’t Got Nothin’
The Importance of Being Idle
I’m Outta Time
Wonderwall
Supersonic
(corta pausa que hizo todo el grupo, para luego volver con fuerza)
Don’t Look Back In Anger ( version acústica)
Falling Down
Champagne Supernova
I Am The Walrus (The Beatles cover)

sábado, 2 de mayo de 2009

Loco Yo?

Muy pocas veces nos hemos preguntado dónde estarían los que aseguran querernos incondicionalmente, si en algún momento de nuestras vidas nos sorprendiera la locura.
A ellos, los dejaron por haber sido presa fácil de la demencia. Ahora son presa del abandono, la indiferencia y muchas veces el desprecio de quienes van por las calles tratando de evitar a quienes son parte de un decadente paisaje.
Es inevitable convivir con ellos, algunos los aceptan pero casi siempre ignorándolos y evitándolos.

Lo encontramos sentado entre las intercesiones de la avenida Wilson y Uruguay, dice llamarse Gilberto Morales Carlos y aunque a primera vista parece pasar los cuarenta, él asegura tener sólo veintinueve primaveras.
Él no es un loco agresivo, él sólo atina a responder lo que le preguntan y cuando aparentemente algo le incomoda o quizás escarbamos en algún recuerdo que en medio de su locura pretende olvidar, sólo responde “No me acuerdo” y sonríe con la mirada perdida.
¿Qué haces acá sentado, esperas algo?, “Estoy cansado, no he dormido bien y estoy descansando” responde y después nos regala otra sonrisa, mientras que juega con sus manos.
Él cuenta que ya hace varios años que vino desde Chiclayo, donde se desempeñaba como profesor y que de su familia ya “No se acuerda”.

Afortunadamente Gilberto cuenta con un ‘amigo’ quien todas las mañanas compra en pan y emoliente para Gilberto y otras personas que por sus enfermedades les ha tocado vivir en las calles. “Él no es un loco agresivo, te conversa y sí recuerda su nombre” nos cuenta el contador Ernesto Payano mientras le alcanza pan con emoliente a su ‘amigo’, quien acostumbrado a éste trato se atreve a reclamarle que no falte su ‘Coca cola’.

Por otro lado, exactamente en la nueva vía expresa de la avenida Grau nos topamos con un orate un tanto despistado, él esta en medio de su mundo y según nos cuentan algunos comerciantes que lo ve caminar por las ahora frías calles del centro de Lima, casi siempre ‘Juanito’ camina ligero, alzando particularmente los brazos y al cruzar las pistas mira a un lado y al otro. Cual modelo de pasarela camina ligero, ágil, lleva talón, punta, talón, punta. Se le ve apresurado, como quien va retrasado. No va a ningún lado o quizá sí. Lo más probable es que vaya apurado por alguna razón que su cerebro inventó.

Más al norte exactamente en el distrito el Rímac nos encontramos con una loca a la que llamaremos ‘Rosita’ ella camina rápido y según nos cuenta muchas veces se le ha visto caminar completamente desnuda, aunque en esta ocasión no es así, sabemos que ella es diferente al resto, no es una enferma pacífica. Ella te mira frunciendo el ceño, mostrando tres rayas enormes pronunciadas en su frente. Estira la mano, exigiendo, amenazando logrando intimidar. Busca pan, agua, desperdicios lo que llegue primero, no hay prioridades. Es toda una psicoanalista de esquina, parece oler el miedo y los nervios de la gente, las mide, las observa y cuando ha encontrado su presa, la ataca.

Aunque no hay una cifra exacta de enfermos mentales que deambulan por las calles limeñas, lo cierto es que hay muchos y están ahí, en cada esquina, quizás en la puerta de un restaurante o de una iglesia, en los mercados, en un basural o durmiendo en un parque o plazuela. Ellos son parte de nuestra sociedad y aunque no tienen número de DNI, ni domicilio y muchos de ellos hayan olvidado parte de su pasado, saben que muchas veces causan miedo, lastima, risa o rechazo. También saben que están vivos y deben sobrevivir con su enfermedad y con ese oficio que la indiferencia de sus familias, sociedad, autoridades y la propia vida les ha asignado.

Para el psiquiatra Santos González del Instituto especializado de salud mental. "Honorio delgado - Hideyo Noguchi, los locos de la calle, en su mayoría son esquizofrénicos paranoicos, “La esquizofrenia una enfermedad mental que deteriora la calidad de vida de quienes la padecen y produce un deterioro en la calidad social y laboral, sin embargo es una enfermedad que actualmente puede ser controlada mediante sicóticos, lamentablemente estos medicamentos son caros y ‘los locos de la calle’ no son medicados además de presentar una desnutrición extrema, por ello cada día empeoran” manifestó González.

“El estado debería asignar un presupuesto para estas personas que muchas veces son abandonados por sus familiares, estas personas han perdido el contacto con la realidad, viven en su mundo, algunos dicen escuchar voces que les ordena a hacer algo, otros creen que han sido poseídos por el demonio, por la virgen o se creen algún personaje famoso, también han prendido a amenazar para sobrevivir” dice González.

Según el médico existe una teoría de predisposición biológica o genética para este tipo de enfermedad, lo cual puede ser despertada por los problemas como los laborales, amorosos, la perdida de un ser querido, entre otros.
“Existe una teoría de que estas personas llamadas ‘locas’ tienen una predisposición biológica que puede ser despertada por un problema que los agobia como la pérdida del trabajo, la ruptura de una relación amorosa, etc.” Manifestó González.

En el 2005 han sido atendidos en Lima y Callao dos mil 131 pacientes de los cuales el 54.5 por ciento son varones y el 45.5 por ciento fueron mujeres, de los cuales el 48.3 son solteros y el 14.2 son casados.
“Esta baja número de personas casadas se debe a que ellos tienen cierto nivel de estabilidad, lo cual es un factor importante para no desencadenar en una sicosis” finalizó el médico.